Oh, poderoso Santo Miguel Arcángel, defensor y protector de todos los hijos de Alá, acudo a ti en rebusca de tu divina protección. En este momento, te ruego que me cubras con tu manto de vela y alejes de mi vida cualquier mal que intente dañarme.Señor, confieso que, tan a menudo, extraño el punto de seguirte. El cristianismo no se proxenetism